12 de octubre de 2009

ESTA BOCA NO ES MÍA







A la mejor manera de Gregor Samsa, una mañana Aurora se despertó anormal. Su metamorfosis no consistía en la conversión en un insecto ni en un invertebrado ni en un mamífero. Y en realidad, no fue consciente de ella hasta que entró en la cocina y pretendió saludar a su hija que se había despertado antes que ella.
Salían de su boca frases y palabras que no tenían proporción con lo que el pensamiento dictara, de tal modo que a la orden “ saludo”, cuyas alternativas eran “ Hola”, “ Qué hacés”, o “ Buen día”, ella ensartaba
“ Dame cuatro”, o “ Perfecto”, o “ Lo necesito”.
Se miró al espejo y no notó cambios en su fisonomía. Más arrugada tal vez, un poco más ojerosa, bastante fea sin maquillaje. No sentía sus formidables jaquecas. Sólo una especie de aturdimiento general, como si hubiese estado toda la noche sentada al lado de un parlante en una discoteca, pero éste era un estado que conocía bien puesto que hacía unos días que la venía aquejando, por lo cual no era posible que deviniera en la imposibilidad de hablar normalmente, responder preguntas o indicar necesidades.
A la manera de Samsa, también quiso ella acudir a trabajar, pero la cara de horror con la que la miraba su hija que la siguió hasta el baño, la actitud alerta con que se hubiera despertado su marido al llamado de la chica, y las muestras de que algo extraordinario le estaba sucediendo, la convencieron de que debía solucionarlo antes de volverse loca de angustia.
Cuando quiso decir esto a su marido, éste escuchó aterrado, que ella prefería despertarse con el sonido de un despertador y no con el televisor.
Cuando quiso explicarle que lo que le estaba pidiendo era que la ayudara en este trance, le pidió que recogiera a las cuatro a uno de los hijos que salía del club. Cuando, ya llorosa, le pidió que llamara a su analista, habló del ritmo con que los zulúes bailan en ronda.
Su marido y sus hijos toleraron esta situación cautamente hasta las seis de la tarde.
Luego, buscaron sus documentos, algunos efectos personales y la ingresaron en una clínica psiquiátrica donde nadie se sorprende de sus respuestas porque son más atinadas que las de sus interlocutores.

13 comentarios:

  1. "Luego, buscaron sus documentos, algunos efectos personales y la ingresaron en una clínica psiquiátrica donde nadie se sorprende de sus respuestas porque son más atinadas que las de sus interlocutores. " jaja Me encantó.
    Raúl.

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  2. Muy buena la historia. que miedo... a cualquiera le puede pasar, espero que me tengan mas tolerancia que hasta las seis de la tarde...

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  3. Qué claudia dice eso.... ¿ Yo????

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  4. Odiaría que me cambiaras por una salsa tártara, tal vez por una arrabiatta...
    Este es uno de los miedos que debería haber puesto cuando los propusistes pero no es ilógico ni irreal, es un miedo mucho más terrible, el de la locura. Muy bueno Clau, como siempre. ¿Aurora no es una hermana Arias?

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  5. mno, no... Aurora está más alejadita....

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  6. Claudia, la q tiene miedo soy yo, claudia graziosi

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  7. jajajajaj!!!! Me asustéééé!!! Pensé que yo había escrito y no me acordaba!!!

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  8. La historia no es la locura, la historia es la comunicaciòn equivocada, el decir en el momento equivocado, el yerro, la pifia. Y la sorpresa posterior; cuando la intención no era esa: cómo explicarlo?.
    Una historia para profundizar mucho mas en el inconsciente y en las trivialidades cotidianas.
    Muy bueno. Yo creo que hay que hacer una novela ya. Ahora. YA! y publicar, publicar, que es la mejor forma de comunicar.

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  9. jajajaj...lo de Aurora no es tan raro, da miedo porque dentro de su familia le sucede a ella sola...en mi casa soy Aurora algunos días, y otros dias el sindrome lo padece mi marido, o lo peor cuando lo sufren mis hijas ....y cuando nos pasa a todos juntos, agarrate catalina....!

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  10. quiero conocer los nombres de esos anónimos. ¿ Saben que si quieren hacen click y ponen su nombre?
    coincido con el anónimo 1. Y tal vez agrego: Aurora dice lo que no quiere decir, y no tenía mínima intención de hacerlo

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  11. soy el anonimo 2 y antigua Señora Wilt
    por un lado la incomunicación es el tema principal, y por el otro me hizo acordar tambien a la pelicula de Jim Carrey en la que el tipo no puede evitar decir la verdad todo el tiempo, lo que le trae un sinfin de problemas (mas alla de Jim Carrey, que me resulta insoportable en las peliculas comicas y adorable en las otras)

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  12. señora Wilt! Cómo está usted???
    Sí. Es una buena historia eso de tener que decir siempre la verdad, o de que fluya sin que nadie le interponga algo de censura. Con mi papá siempre pensábamos ¿ Qué pasaría si uno enloquece y empieza a decirle a la gente exactamente lo que piensa y lo que espera de ella? Por ejemplo: Te saludan y te preguntan cómo estás, a lo cual uno le responde: ¿ Y a vos qué carajo te importa?

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  13. A mí más que de locura,me parece que dice mucho de cómo nos sentimos miles de veces y de las miles de interpretaciones acertadas o equivocadas que un simple comentario puede despertar. Ni hablar de las metamorfosis que nos parece mentira o de película ir atravesando.Eso de no reconocerse o verse tan cambiado suena conocido no? Muy bueno, Claudia. Beso grande,
    Marie.

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Deberán mentir hipócritamente si estas historias no les gustan, so pena de esperar mi saludo en la cola del supermercado y ver con desesperación que doy vuelta la cabeza, repentinamente interesada en el precio de la salsa tártara